¿Y ahora qué hacemos?

Noche del 20N, Rajoy se presenta ante su guardia pretoriana de hinchas en Genova y su semblante denota que de repente ya no es candidato, es virtual presidente del Gobierno de España. Hace tiempo estaría contento pero ahora se vislumbra una sombra de preocupación.
Su cerebro tan dado al descanso ha encendido una señal de alarma. Hay que hacer algo más que sentarse a ver la muerte de tu enemigo y que los votos vayan cayendo, hay que hacer algo más que criticar por todo. HAY QUE GOBERNAR, HAY QUE BUSCAR SOLUCIONES, y lo que es más importante, tengo que conseguir que en apariencia me importa el bienestar de los españoles, que me importan sus problemas.
Y una parte de su cerebro le contesta: "¿Y AHORA QUÉ?".

La parte más relajada de su cerebro le incita a continuar sin demasiados aspavientos, llevar un vida relajada, esto se solucionará sólo cuando el resto de Europa salga de la crisis y mientras tanto le podemos seguir echando la culpa a Zapatero de todo lo malo.
Pero como todo plan tranquilo y relajado presenta algunos inconvenientes como que por ejemplo, ha pregonado una reforma laboral, sacarnos de la crisis, ventajas para los empresarios, etc y claro estos temas son importantes para el capital, para los empresarios, en general para los que mandan en la economía y claro está que no han ayudado desde sus imperios mediáticos para ahora no sacar rentabilidad, y ya desde el primer día le exigen que afile las tijeras y pode todo lo que se pueda en pro de sus beneficios empresariales.

Rajoy intentará vivir todo lo que pueda de echarle la culpa a Zapatero pero, ¿cuánto le durará el cuento?